Vencer
Vencer a alguien es, eso, una victoria. Pero llegar al momento de darse cuenta de que lo más grande a vencer es la propia necesidad de vencer; y que pasar, pues, a ceder la victoria (y toda la vanagloria adyacente) produce una paz inmediata en el ser…
Si la victoria, de repente, resulta que no es vencer, sino que es la paz, tener la capacidad de darse por vencido, puede llegar a ser la más absoluta victoria de las victorias.